Aún recuerdo el día que caminando por la calle Rosalía de Castro vi el mural de las escaleras de Roupeiro. Me pareció alucinante, desde el acabado a la estética lograda y supe reconocer al artista que lo había realizado por esa hiperrealidad tan bien retratada. Era idéntica hasta la expresión del retrato fotográfico de Doña…